Oh, Padre y Madre de la compasión y la justicia Tu escuchas los gritos de las familias, de las comunidades y de los pueblos de las niñas y de las familias de los pueblos aborígenes desaparecidos y asesinados.
¡Que sus gritos de Justicia y Verdad lleguen a ser nuestros!
LAMENTACIONES Y ESPERANZA
Gran Espíritu Creador, Gitchi M’nido.
Hoy tenemos el corazón cargado de tanto sufrimiento que hemos descubierto y que debemos asumir como iglesias, pueblo, país y sociedad.
Ven y guíanos en tu amor, para caminar juntos
en el camino de tu justicia y abrazando tu verdad.
Eso que nos duele, nos expone y nos libera.
Te decimos GRACIAS, Padre y Madre de toda la Vida,
Tú eres apoyo, esperanza y liberación de quienes sufren opresión, de las Familias y Niñas Indígenas desaparecidas y asesinadas, así como a sus Comunidades y Pueblos.
El coraje desgarrador de adelantar desde lo más profundo de su dolor, de su corazón, de su alma,
y haber murmurado, orado, gritado,
su llamado a la Justicia, a la Verdad.
Justicia denegada, Verdad enterrada, sangrienta y sucia de abusos y crímenes,
sin seguimiento ni justicia
Oh, Padre y Madre de la Vida, tú que en Jesús abrazaste a nuestra humanidad, viviste la liberación de los cautivos y los oprimidos, levantaste el rechazo de las mujeres estigmatizadas, excluidas y apedreadas,
manifestando acogida, respeto y compasión
¡Que sus niñas y mujeres desaparecidas lleguen a ser nuestras!
Oh, Padre y Madre de la compasión y la justicia Tu escuchas los gritos de las familias, de las comunidades y de los pueblos de las niñas y de las familias de los pueblos aborígenes desaparecidos y asesinados.
¡Que sus gritos de Justicia y Verdad lleguen a ser nuestros!
Tú, que das voz a los que no tienen voz, y nos llamas al Amor y Justicia.
Libéranos de nuestra complicidad por ignorancia, indiferencia o silencio egoista, perdón por hacernos a un lado, por estar a la defensiva, tibios o incrédulos.
Que el rechazo al silencio y resignación a lo inaceptable se haga también nuestro.
Por tus profetas nos dices “paz paz” pero no hay paz.
Decimos “justicia, justicia” pero no hay Justicia.
Escuchemos hoy tu llamado a través de esos pueblos, y que sea el nuestro.
Es y será nuestra forma de vivir tu Amor.
Danos la fuerza de Jesús viviente que da derecho a la gente sufriente y oprimida. Y que nos invita a la misma mesa de Vida.
Guárdanos Padre y Madre de toda la creación, Oh Gitchi M’nido.
Amén!
Por Pierre Goldberger
Traducción de Gonzalo Cruz
Padre y Madre de ternura
Oramos por las familias de mujeres indígenas que han desaparecido, han sido maltratadas, violadas y asesinadas en NUESTRO país.
Estamos con ellas y lloramos con ellas.
Te confiamos esas niñas y mujeres desaparecidas y asesinadas, cuya vida fue robada con desprecio y violencia.
Esto nos llama a cambiar de corazón y de actitud.
Concédeles la paz.
Que su memoria viva nos conduzca a la compasión y al cambio de actitud personal y social en nuestros corazones, en nuestras iglesias, en la sociedad y en el país. Al cambio de los prejuicios, las exclusiones y el desprecio de los aborígenes.
Danos el saber actuar y tomar el riesgo de cambiar.
Jesús que enfrentó los poderes de dominación y muerte, nos de la valentía de trabajar por el cambio, por la búsqueda de la Verdad y la Justicia.
En asuntos de los aborígenes.
En el sistema judicial y penitenciario.
En los círculos educativos, para aprender a respetar y no a despreciar, a compartir y no a competir.
Para los niños aborígenes y sus familias que están privados del apoyo y los recursos sociales dominantes.
Gracias a todos los que testificaron y por los miembros de la Comisión y por el trabajo de Verdad y Justicia al que nos llaman.
Gracias por todas las personas, en todos los niveles de nuestras Iglesias y Comunidades de fe, Sociedad, Instituciones, Gobiernos, Justicia, Policía, y grupos que se esfuerzan por buscar la justicia y la verdad y resistir el mal.
Reanima la fe, encontrar oraciones por la vida de las niñas indigenas que sufren temor por sus vidas. La violemcia contra ellas es muy grande. Que Dios tenga compasión y nos escuche.